El cáncer bucal se produce en los labios (generalmente, en el inferior), dentro de la boca, en la parte posterior de la garganta, en las amígdalas o en las glándulas salivales. Afecta con mayor frecuencia a los hombres que a las mujeres, y principalmente lo padecen personas mayores de 40 años. El tabaquismo en combinación con la ingesta fuerte de alcohol constituye factores claves de riesgo.
Busca tratamiento profesional, contacte nuestros servicios aquí
La detección tardía del cáncer bucal, puede implicar cirugía, terapia radiante y quimioterapia. También, puede resultar fatal con un porcentaje de sobrevida de cinco años para aproximadamente el 50% de los casos
No siempre se podrá identificar los primeros signos de alerta, de allí la importancia de las revisiones odontológicas y médicas regulares. Su odontólogo cuenta con la capacitación necesaria para identificar las señales de alerta del cáncer bucal. No obstante, además de los controles regulares, usted debe visitar a su odontólogo si observa alguna de las siguientes anomalías:
- Una llaga en los labios, en las encías o dentro de su boca que sangra con facilidad y no cicatriza
- Un bulto o engrosamiento en la mejilla que usted puede percibir con la lengua
- Pérdida de sensaciones o adormecimiento en alguna parte de la boca
- Manchas blancas o rojas en las encías, la lengua o dentro de la boca
- Dificultad para masticar o deglutir los alimentos
- Dolor, sin explicación alguna, en la boca o sensación de atoramiento en la garganta
- Una hinchazón tal en la mandíbula causando que la prótesis ajuste apropiadamente
- Cambio en la voz
Le recomendamos leer: Cuidado y manejo de los aparatos permanentes
¿Cómo podemos prevenir el cáncer bucal?
Tabaquismo: la relación entre tabaquismo y, cáncer de pulmón y enfermedades cardíacas ha sido extensamente probada. Fumar es perjudicial para su salud en general y dificulta la lucha de su sistema inmune contra las infecciones o la recuperación de heridas y cirugías. Entre los adultos jóvenes, fumar puede producir atrofias en el crecimiento y dificultades de desarrollo. Un gran número de fumadores manifiestan que no huelen o saborean los alimentos como antes. El tabaquismo también implica riesgos de mal aliento y de dientes manchados.
Su salud bucal también se pone en riesgo cada vez que enciende un cigarrillo. Fumar cigarrillos, pipa o cigarros aumenta considerablemente las posibilidades de desarrollar cáncer de laringe, garganta y esófago. Como la mayoría de las personas no conoce o ignora los primeros síntomas, el cáncer bucal se disemina antes de su detección.
Lo mejor es no fumar cigarrillos, cigarros o pipas, o masticar tabaco o tomar rapé. Las personas que dejan de consumir tabaco, aún después de muchos años de uso, reducen significativamente el riesgo de contraer cáncer bucal. El consumo crónico o intenso de alcohol también aumenta el riesgo de cáncer, y el alcohol combinado con el tabaco constituye un factor de riesgo especialmente alto.
También puedes leer: Lo que no conocías acerca de las muelas del juicio
Después del diagnóstico, un equipo de especialistas (incluye un cirujano bucal y un odontólogo) desarrollan un plan de tratamiento que se adapta a las necesidades de cada paciente. Habitualmente se necesita realizar una cirugía y, luego, se aplica una terapia de rayos y quimioterapia. Es importante la visita al odontólogo porque él conoce los cambios que estas terapias ocasionarán en su boca.
Le recomendamos leer: La diabetes y la salud bucodental