Cepillar los dientes y las encías después de cada comida es clave para prevenir el desarrollo de las principales enfermedades bucodentales: caries, gingivitis y periodontitis… En la mayoría de casos su desarrollo se debe a la falta de higiene bucal, que provoca la acumulación de la placa bacteriana entre dientes y encías. Para evitarlo, es fundamental cepillarnos los dientes correctamente.
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si cepillamos los dientes justo después de comer la limpieza no será tan eficaz porque restregamos la placa con el cepillo. Por ello se recomienda esperar unos 20 minutos antes de comenzar a cepillar los dientes. Pero, ¿Sabías que cepillar los dientes justo después de comer no es tan efectivo? Al ser tan inmediato, restregamos la placa y facilitamos su incrustación con los filamentos del cepillo; muchos expertos recomiendan esperar unos 20 minutos para conseguir una limpieza mucho más eficaz.
¿Cuánto tiempo tengo que estar cepillando los dientes? ¿Cómo sé si ya están limpios? La duración del cepillado es otra de las grandes dudas de los pacientes. La duración “estándar” del cepillado es entre dos y tres minutos. Pero el cepillado no sigue unas normas estrictas: cada paciente debe tomarse el tiempo que necesite y considere oportuno.
Son muchos los pacientes que tienen este dilema. ¿Qué tipo de cepillo es mejor? Según algunos estudios el cepillo eléctrico elimina más cantidad de placa bacteriana. Cada tipo de cepillo dental tiene sus pros y sus contras, pero la clave está en usar aquel que resulte más cómodo para cada paciente. Además, con el tiempo ambos tipos de cepillo tienden al desgaste y conviene reponerlos cada tres o seis meses..
Cuidar el cepillo y reponerlo cada cierto tiempo es esencial para mantener un cepillado dental de calidad. Pero también es importante cuidarlo día a día para mantener una higiene eficaz. ¿Cómo? Después de cada lavado deja que el cepillo se seque al aire libre y evita el contacto con otros cepillos. De este modo evitaremos la proliferación de bacterias. Con el tiempo los cepillos, sean manuales o eléctricos, tienden al desgaste y eliminan menos placa dental. Si tu cepillo tiene los filamentos muy abiertos, es una clara señal de que conviene reponerlo.
En la actualidad existen todo tipo de pastas dentales: para dientes sensibles, para blanquear… ¿Cuál escoger? Lo más importante es que el dentífrico sea adecuado para nuestra salud bucodental en el momento. No es lo mismo cepillar unos dientes sensibles que unos con gingivitis.
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De nada sirve tener el mejor cepillo y pasta dental del mercado si no mantenemos una buena técnica de cepillado. Lo mejor es realizar movimientos suaves y giratorios sobre cada diente. Es muy importante no presionar demasiado la encía. Una técnica de cepillado muy agresiva provocará con el tiempo la retracción de las encías.
Son muchos los pacientes que basan su rutina de limpieza solamente en el cepillado dental. Esto es un grave error, ya que el cepillo no llega con eficacia a los rincones más difíciles de la cavidad oral: espacios interdentales, la línea de las encías… Para conseguir una higiene oral más efectiva, conviene complementar el cepillado dental con otras técnicas. Éstas son las técnicas más recomendadas para complementar el cepillado dental perfecto:
- Enjuague bucal. El colutorio llega a todos los rincones difíciles de la sonrisa. Se recomienda que incorpore flúor, ya que protege el esmalte y ayuda a mantener un aliento más fresco.
- Hilo dental. El hilo dental ayuda a prevenir la acumulación del sarro entre los dientes, al remover los restos de comida y bacterias entre estos espacios.
- Irrigador bucal. Está especialmente recomendado para los pacientes portadores de ortodoncia. Consiste en aplicar un chorro de agua a presión que se puede controlar. De este modo se eliminan restos de bacterias entre los dientes, la superficie dental, la línea de las encías…
- Limpiador lingual. Muchos pacientes no realizan una limpieza lingual diaria, pero puede ser clave para evitar el mal aliento y conseguir una boca más sana. Existen limpiadores linguales específicos, aunque también se puede raspar la lengua con el reverso del cepillo.